Opinión escrita en el cambio de hora de Marzo de 2.020, probablemente bajo el efecto de Covid-19
Al cambio de horario de primavera es el cambio del sueño (nos levantamos una hora antes) y el de otoño es el cambio del hambre (comemos una hora más tarde), con la ilusión de que las tardes son más largas y hay luz cuando sales de trabajar. Para muchos las tardes no existen, porque tienen que currar hasta las mil. Es decir, si no se sale antes de trabajar, no tiene sentido.
Y es que en España el cambio de horario en verano, va ligado a la discusión sobre el huso horario y sobre la conciliación de la vida personal. Da igual desde qué punto de vista se argumente. La industria del turismo y hostelería funcionan mejor con el horario de verano, así que nunca se cambiará y menos ahora que necesitarán ayuda.
Incluso lo hemos convertido en un argumento para atraer turistas: aquí todo está abierto hasta las 10 de la noche y mientras los guiris cenan a partir de las 19:00-19:30, los españolitos cenan después. Negocio redondo, repartiendo cuatro turnos de comidas.
En realidad todos es una ilusión, vivimos dos horas desfasados con respecto al sol y nos creemos que comemos a las 14:00 cuando en realidad comemos al mediodía como la mayoría de nuestros colegas europeos. Eso sí el prime time televisivo a las 22:00. Es de locos, porque al día siguiente hay que empezar a trabajar sin haber descansado las horas suficientes.
Pero aquí se vive como en ninguna parte y encima alguno se lo cree.
He trabajado en ocho países europeos y se ve que en parte pienso como ellos: este es un gran país para estar de vacaciones o jubilado. Para vivir, estar trabajando y sacar delante una familia... eso ya es otra cosa (locura, dicen muchos de ellos).
Pero con la que va a caer. Habrá que encima dar las gracias por poder trabajar y tener que conciliar.
Y es que en España el cambio de horario en verano, va ligado a la discusión sobre el huso horario y sobre la conciliación de la vida personal. Da igual desde qué punto de vista se argumente. La industria del turismo y hostelería funcionan mejor con el horario de verano, así que nunca se cambiará y menos ahora que necesitarán ayuda.
Incluso lo hemos convertido en un argumento para atraer turistas: aquí todo está abierto hasta las 10 de la noche y mientras los guiris cenan a partir de las 19:00-19:30, los españolitos cenan después. Negocio redondo, repartiendo cuatro turnos de comidas.
En realidad todos es una ilusión, vivimos dos horas desfasados con respecto al sol y nos creemos que comemos a las 14:00 cuando en realidad comemos al mediodía como la mayoría de nuestros colegas europeos. Eso sí el prime time televisivo a las 22:00. Es de locos, porque al día siguiente hay que empezar a trabajar sin haber descansado las horas suficientes.
Pero aquí se vive como en ninguna parte y encima alguno se lo cree.
He trabajado en ocho países europeos y se ve que en parte pienso como ellos: este es un gran país para estar de vacaciones o jubilado. Para vivir, estar trabajando y sacar delante una familia... eso ya es otra cosa (locura, dicen muchos de ellos).
Pero con la que va a caer. Habrá que encima dar las gracias por poder trabajar y tener que conciliar.





